LAS TRES ESTRELLAS DORADAS en un fondo azul representan la nobleza de la Familia Neri. Procedencia de nuestro Santo Patrono, San Felipe Neri.
LA PALOMA simboliza la experiencia de Pentecostés, que se convierte para San Felipe en el centro de su espiritualidad: la gran experiencia del amor de Dios en su vida.
EL CORAZÓN de San Felipe Neri, es el fuego del Espíritu Santo prendido en el corazón del hombre, un fuego que alumbra la oscuridad, el cual nuestro santo cuidó con esmero y llevó por todos los lugares y a todas las personas, especialmente a los jóvenes.
LAS DOS AZUCENAS: simbolizan la pureza de la Virgen Inmaculada, Patrona de la Congregación de Religiosas Filipenses Misioneras de Enseñanza. Nuestro Patriarca San Felipe Neri y nuestros Padres Fundadores, Marcos y Gertrudis Castañer y Seda, le profesaron siempre un profundo amor. Este ícono también significa la pureza de corazón que todo Filipense debe tener y que consiste en desear una sola cosa, la esencial: “Dios como centro de nuestra vida”.
“SURSUM CORDA”, lema escrito en latín y que traduce “ARRIBA LOS CORAZONES”, recuerda la obligación de todo Filipense de elevar continuamente sus corazones hacia Dios. Ser libres del mundo y de sí mismos para estar disponibles para Dios. También es una invitación a vivir alegres, ya que este sentimiento pertenece a los frutos especiales del Espíritu Santo. De ahí que nuestro patrono es, con toda razón, llamado “El Santo de la Alegría” o también “Sonrisa de Dios”; una alegría que viene de Dios, por eso dijo alguna vez “Sólo puede reírse de sí mismo quien ve todo en su justa proporción, es decir, desde la perspectiva de Dios”. En este lema, se funde en acción la doctrina de Cristo y la ciencia, el estudio, la fe y la oración.